El que empieza a viajar, se vuelve un viajeadicto, algo parecido a ser drogadicto, solo que en este caso a lo que difícilmente se puede renunciar es a viajar, queriendo siempre hacerlo más frecuentemente y a destinos cada vez más lejanos. Y esos lugares que antes veía inalcanzables los empieza a ver más cerca, más factibles, más probables y el mundo se va volviendo más pequeño.
Si eres un adicto a viajar, o haces partes de los “Knowmads, los trabajadores del futuro“… Probablemente te sentirás identificado con estas señales (escritas por 50 viajeros desde mi Facebook).
Y si no, es momento de que te unas a esta adicción:
- Un viajeadicto siente que puede recorrer el mundo entero sin parar. Va y viene, pero nunca vuelve.
- Descubre el verdadero significado de la palabra VIDA: Viajando, conociendo, aventurándose.
- Sabe que para viajar no se necesita ir muy lejos, basta con empezar a conocer la ciudad donde se vive, sus alrededores.
- Crea una nueva versión de sí mismo siempre: Los problemas se vuelven pequeños, todo es superable.
- Tiene la certeza de llegar a su próximo destino, porque sabe que nació para viajar.
- Reconoce que es uno con el mundo, que está hecho de la tierra que pisa, de los lugares que recorre y de las personas con las que puede compartir una sonrisa.
- Quiere aprovecharlo todo, emocionarse con las cosas simples de la vida.
- Colecciona momentos, recuerdos, sonrisas y amistades.
- Entiende que es un extranjero, que no necesita visas ni papeles.
- Siente que todo es posible, que es invencible, que el mundo es pequeño pero sus sueños son grandes.
- Construye sus viajes como un rompecabezas con los recuerdos de quiénes visitó.
- Experimenta el dolor de su alma rutinaria que se cae y se muda a una piel aventurera.
- Comparte sus sueños con otros viajeros y quiere que muchos conozcan lo que él ya ha conocido.
- Aprende que lo más valioso de la vida no se mide en posesiones materiales, si no en experiencias y amigos.
- Comprende que las distancias se hacen cortas y los imposibles posibles.
- Así repita un destino, sabe que las experiencias que vivirá nunca serán iguales.
- Percibe el mundo de mil maneras. Ya no se siente cómodo dentro de cuatro paredes. Su alma es libre.
- Está abierto siempre a lo inesperado, porque sabe que esto es lo mejor planeado.
- Nunca permanece mucho tiempo en el mismo lugar, reconoce que la vida es corta.
- Crece en cada viaje, dejando de ser lo que fue durante mucho tiempo.
- Se reconoce a sí mismo en todos los lugares a los que visita.
- Emprende cada viaje para salir de la rutina, para encontrarse a sí mismo y conocer su alma.
- Repite todos los días que ha nacido para viajar.
- Tiene esa capacidad de volver a casa siendo el mismo, pero sintiéndose diferente.
- Siente que la vida es un viaje y aun cuando esta termine emprende vuelo en búsqueda de uno nuevo.
- Cada día es una oportunidad de viajar, por eso puede recorrer el mundo entero en 365 días.
- Vive los viajes tres veces: cuando lo planea, cuando lo realiza y cuando lo recuerda.
- Posee la capacidad de sorprenderse con cada paisaje, con cada monumento, con cada sonrisa de un lugareño.
- Su mente es abierta, deseosa de experimentar siempre cosas nuevas.
- Se fascina con ver, contemplar, oler, respirar aquello que le impregna vida.
- Cree que el ingrediente principal para su próxima aventura está dentro de sí.
- Alimenta su alma con recuerdos.
- Puede estar en ningún lugar y estar en todos al mismo tiempo.
- Sale de su zona de confort, para tomar sus alas, sus sueños, sus ilusiones.
- Toma las oportunidades que se le presentan.
- Florecen en él jardines de pensamiento, con cada viaje, que desea compartir al mundo.
- Es capaz de tomar las decisiones que antes no podía, de ahorrar (También puede interesarte: Cómo ahorrar dinero al viajar) y arriesgarse a cruzar fronteras.
- Puede teletransportarse con sólo cerrar los ojos.
- Tiene el poder de recorrerse el mundo con nada más que una mochila y sus pies.
- Comprende que es necesario perderse para encontrarse así mismo.
- Se da cuenta que las fronteras existen para ser cruzadas.
- Atesora en su mente millones de historias.
- Disfruta de una enorme voluntad para probar nuevos sabores y conocer bellos paisajes.
- La magia de querer conocer nuevos destinos lo invade, una pasión de abrirse nuevos caminos.
- No es un extranjero, todos los lugares son familiares al ver lo que por mucho tiempo se imaginó.
- Es la suma de los colores, paisajes, música, olores y personas con las que compartió sus viajes.
- Siente que tiene poco tiempo para tanto mundo.
- Diferencia entre la belleza de soñar y vivir los sueños.
- Logra sentir algo desconocido y anhelado por muchos: La libertad.
- Sus sueños son su combustible, su riqueza es su álbum de memorias.
Este artículo fue escrito por:
Patricia Mendieta, Mariana Mars, Pedro José Velasquez Vivas, Jose Medina, Andrés Leonardo Rojas Zuñiga, Alejandra Tircio, Tomás Alvaro Konig Torres, Jess Dangelo, Jossent Alviárez, Gitano Urbano, Luis Uribe Urueta, Sandra GA, Diana Yisel FonCk Ruiz, Sebastian Perez, Ana María C. Guzmán, Alejandra Aparicio, Marylin Ccama Poemape, Eliana Quiroga, Marco Esteban Cerda Alvarado, Carmen Chacón Órtiz, Gervasio Eguiazú, Laura Isa Castillo Gonzalez, Connie Hernández Vilugrón, Yoselin Niquitin Gamboa, Juan Manuel Romero Soto, Karol Braxho Materiales de Construcción, Paulina Andrea, Camilo Múnera, Julian David Espinosa Rodriguez, Daniel Lizarazo, Maya Lupita, Zaida Salazar, Bray Trejos, Liss Mazon, Andres Agudelo Echavarría, Kami Flores, Karol Hell, Angie Dámaso Mimbela, Cy Herrera, Ivon Guerrero, Nathaly Cely, Catalina Cortes Araya, Karla Salcedo, Yaneth Monza, Jenny Paola Gómez Calle, y Daniel Tirado.
Y muchos otros viajeadictos que me enviaron sus comentarios desde mi pagina de Facebook (Click acá).
Nos une una misma adicción, y es esa pasión por los viajes. Me siento honrado e inmensamente feliz de contar con ustedes en este espacio, ustedes son geniales!
Daniel Tirado 😉